Ushuaia nos ha pillado a contrapié.
El primer intento de cruzar el Beagle se frustró por el mal tiempo. De los dos grupos de turistas que queríamos pasar el viernes nos colocaron aleatoriamente en el segundo sin avisar que eso implicaba que no saldríamos de Puerto Williams hasta las 12:30 como mínimo. A las nueve de la mañana, con viento y frío y sin lugar donde ir. Nuestra primera opción fue ir al Puerto Luisa pero estaba cerrado. Fuimos entonces a la biblioteca donde las niñas estuvieron leyendo, dibujando y jugando.
A las 12:30 nos sellaron el pasaporte de salida de Puerto Williams y 5 minutos más tarde subíamos a la furgoneta que nos iba a llevar a Puerto Navarino, desde donde se coge la lancha hacia Ushuaia. Entonces el conductor recibe una llamada. Que no hace bueno, que hace viento, que hoy no se cruza más. Y así es como nos quedamos una noche más en Puerto Williams, con un pasaporte que dice que no estamos en Chile pero tampoco en Argentina. ¿Dónde estamos?
Finalmente pasamos nuestra última noche en Villa Ukika, en el Hostal La Juwa de Cris. Al día siguiente el canal está en calma y hace sol. Carlos Sainz, que ahora trabaja para Ushuaia Boating, nos lleva a Puerto Navarino a velocidad de rally mientras Jana, Bruna, Sílvia y Jana otra vez dejan el desayuno en el camino. Cuando llegamos pisamos tierra y casi nos arrodillamos a besarla. Comparado con el trayecto en furgoneta por el norte de la Isla Navarino, el cruce del Canal Beagle en zodiac es un placer. Nos cruzamos con numerosas aves que levantan el vuelo a nuestro paso y cuatro focas saltarinas nos despiden de Chile mientras Jana pregunta para qué llevamos ese chaleco naranja alrededor del cuello.
Después de los trámites de entrada en Argentina (nuestro pasaporte nos vuelve a decir dónde estamos) cogemos un taxi hasta el hostal Los Cormoranes. El primer día toca hacer compra y adaptarnos un poco a nuestra nueva casa. Por la noche el cansancio de lo que nos parecen dos días de viaje nos pasa factura. A las niñas les cuesta dormirse (no hay persianas ni cortinas oscuras en las ventanas!) y nosotros caemos rendidos en cuanto conseguimos que cierren los ojos.
Lo primero que llama la antención de Ushuaia es lo cerca que están esas enormes montañas nevadas que tiene a la espalda. Los últimos coletazos de la cordillera de los Andes, aún siendo picos de solo mil y pico metros, se alzan imponentes desde el mar. La ciudad, que en su día era poco más que dos calles y un puerto, ha ido creciendo sobre la pendiente de la montaña y sus calles recuerdan un poco a las de San Francisco.
Lo segundo que llama la antención es que todo es muy caro, más caro que en Barcelona. Prácticamente todo el calor humano -el turístico- se concentra en la calle San Martín. Restaurantes y tiendas de recuerdos copan toda la calle intentando venderte todo tipo de “pongos” del fin del mundo. Pero en cuanto subes una cuadra todo cambia y ves una Ushuaia ecléctica y tranquila.
Lo tercero que llama la antención es la falta de homogeneidad en la ciudad. La planificación urbanística se ha limitado a la definición de las parcelas y hay casas de todos colores, formas y sabores. Además las aceras son propiedad/responsabilidad del propietario de la finca por lo que pasear por ellas, más si llevas un carrito de bebé, puede ser toda una aventura.
A Ushuaia llegábamos con un par de temas en mente. Por un lado teníamos varios contactos de escuelas que podríamos visitar y por otro estaba el Bosque Yatana, un bosque urbano que se había convertido en vertedero y que una iniciativa privada había recuperado como zona verde y donde se realizan talleres y cursos relacionados con la preservación de la naturaleza y las culturas originales de los yagán.
Pero finalmente nuestros contactos en las escuelas no responden hasta el mismo día que nos vamos y el bosque ha estado cerrado todos los días sin que los propietarios, la Fundación Cultivar, respondiesen nuestros email a pesar de que la oficina de turismo municipal nos insistía en que debería estar abierto.
Así que pasamos largos ratos en el hostal Los Cormoranes donde Jana y Bruna hacen migas con otros huéspedes, con los chicos del hostal y sobretodo con Mónica, la propietaria, muy a pesar de su perrito Homero, que se moría de celos.
En el hostal nos encontramos muy cómodos y un poco nostálgicos de alguna vida anterior viendo tantos mochileros entrar y salir. El único inconveniente es que estaba montaña arriba y volver desde el centro requiere energía para subir las empinadas calles o 3 euros para un taxi.
Lo cierto es que desde la comodidad del hostal no nos apetece salir mucho. Además el tiempo nublado y lluvioso no acompaña. Despertarse, desayunar, dar una pequeña vuelta por la ciudad, volver a hacer el almuerzo, almorzar, siesta, escribir algo mientras las niñas pintan o juegan con algún huésped, o con Homero, o con Mónica, cenar y a dormir.
La ciudad en sí no es muy diferente de Andorra, por ejemplo, una calle comercial orientada al turista y amplias zonas residenciales. Por todas partes se promociona el “finmundismo”, aunque a nosotros nos cuesta entenderlo ya que venimos de “más allá”. Lo cierto es que Ushuaia vive de ser “La ciudad del fin del mundo” relegando a categoría de “pueblo” a Puerto Williams. ¿Qué deben pensar las familias que viven en Puerto Toro?
Siguiendo los pasos de Myriam, Pau, Ernest y Ferran paseamos la Avenida Maipú pasando junto al viejo Saint Cristopher, un antiguo barco de apoyo de la segunda guerra mundial, y cruzamos por el ismo de tierra que cierra la Laguna Encerrada para visitar el Aeródromo de Ushuaia, donde Jana y Bruna tienen la oportunidad de subir a una avioneta y ver como despega otra.
El penúltimo día cogemos un remís (un microbús) hacia Bahía Lapataia, en el Parque Nacional Tierra del Fuego, al final de la Ruta Nacional 3 que recorre Argentina de norte a sur. La excursión por el parque nos sirve para recargar energía y deshacernos del entumecimiento general que nos invade. A pesar de que la cantidad de autocares y personas que llegan al parque puede ser abrumador enseguida que te internas por algunos de los senderos que recorren la zona de la bahía te quedas prácticamente solo paseando por unos bosques de lengas alucinantes, llenos de pájaros y con unas vistas impresionantes. ¡Sílvia incluso ve un zorro! A Jana le gusta ver las castoreras aunque no acababa de entender como pueden ser casas (¿por dónde entran los castores?) y se decepciona por no ver ningún castor como el de uno de sus cuentos favoritos, “El castor estressat” de Nicholas Oldland.
Pero lo que más les ha gustado a Jana y a Bruna ha sido la visita de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Nosotros les habíamos explicado que era muy difícil que pudieran venir tan lejos, por eso cuando Jana se despertó la mañana de 6 y vio los regalos su sorpresa y su alegría fueron tan grandes que no pudo evitar ponerse a gritar “Bruna! Han vingut els Reis!“. Por suerte Sus Majestades han sido sabias y solo han dejado cosas pequeñas que podemos llevar en las mochilas: papeles de repuesto para las artistas, plastelina, globos,… y algún caramelo. Además de una extensa carta donde nos han explicado cuán contentos están por que hagamos este viaje en familia.
Al final es igual donde estés, la mañana de Reyes siempre es especial, aunque este año nos haya faltado el chocolate con pan tostado de Sílvia.
"Ushuaia y los fines del mundo" por Sin piedras en los bolsillos (familia Bosch-Pérez) se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Nois, quantes coses en una sola entrada! Aventures de viatgers intrèpids creuant amb zòdiac unes aigües gelades, fotos de natura espectaculars, emocions del matí de reis… Vosaltres no sé si teniu temps de pair-ho tot. Jo segur que m’he de tornar a llegir l’entrada per interioritzar tot el que estwu veient aquests dies
No puc evitar-ho: m’agrada tot el que feu, el que comenteu i he de reprimir-me per escriure un comentari cada vegada que llig els vostres escrits. El canvi és tan gran quan arribes a Ushuaia des del sud…. Veritat?
Continueu gaudint. Com dieu, més enllà del que feu, el millor és estar junts!!!
I, enguany, els Reis han fet un viatge per a ells irrepetible també!!!
Em queda la curiositat de… cap a on anirà eixe avió des del qual heu fet l’última foto?
I tant! La visió que déus tenir d’Ushuaia venint del nord ha de ser completament diferent.
L’avió va cap a… bé ja ho veuràs… però pots endivinar-ho fàcilment De fet, ja hem canviat de lloc un parell de cops. Tenim “problemes” per tenir el blog al dia, portem 3 o 4 dies de retard. Com us ho feieu?
Doncs si aneu on imagine…. aneu a flipar amb eixa “ciutat llepolia” que viu de la catedral de gel….
Si podeu, no deixeu de visitar la Estancia Harberton, hi ha algú per allà amb una furgo que et porta, el camí és preciós i el lloc fantàstic!!! Una abraçada!!
Si necessiteu res ja sabeu, vaig estar per allà fa uns anys i mai se sap!!!
Ho teníem al llistat de llocs a veure però finalment no hi hem anat. Fa moltes ganes de dir que ho farem la propera vegada. Tant debò!
Quina joia veure la Jana i la Bruna tant contentes! Una experiència única per a vosaltres, però sens dubte també per a elles, especialment per la Jana que pot ser ho recordarà sempre.
JANA UNA ABRAÇADA BEN FORTA! Una abraçada també a tots quatre.
Un missatge al Perito Moreno: ATENCIÓ QUE VENEN LA JANA I LA BRUNA amb els seus pares! Posat el millor vestit de llum i bon temps perquè puguin gaudir dels teus colors i la teva majestuositat.
Com ens agradaria anar-hi a veure´l algun dia…
Molts petons i Bon viatge.
Joan i Cuca
No se si he aconseguit deixar el comentari que he escrit. Esperem que hi hagi sort, de moment no el veig.
Per cert amb quin tipus d’avió heu sortit d’Usuhaia?
Fins aviat,
Joan
Guapos!!! Feliç any nou – i feliços reis!! Vaig mirant el blog, però aneu a un ritme que no dóno a l’abast Que gaudiu moltíssim, tenim ganes que ens expliqueu les aventures en persona!!!! mentrestant, us seguim llegint, sempre unes passes per darrera vostre! Moltiíssims petons per les nenes, i per vosaltres
Uffffffffffffffffffffffffffffffffff, què fort!!!