La semana pasada, después de muchas horas al teléfono con LAN, por fin compramos los billetes de avión hacia Santiago de Chile.
Fue un momento especial, casi podía oír redoblar los tambores mientras confirmaba a la operadora que los datos de los vuelos, los pasaportes y la forma de pago eran correctos. Después, por la noche, cuando las niñas ya estaban dormidas, nos sentamos en el sofá nerviosos y sin saber qué decir.
La idea del viaje surgió de Sílvia aunque no recuerdo exactamente cómo ni cuando, pero en los últimos tiempos ha ido ganando inercia. Un momento clave de este proceso de creérnoslo fue el Segundo Encuentro de Familias en Ruta que tuvo lugar del 1 a 4 de mayo en el cámping Vinyols Camp cerca de Cambrils, Tarragona. Durante esos días tuvimos oportunidad de hablar y escuchar a familias que habían tenido el valor de viajar por el mundo con niños, pero no “a pesar de ellos” sino sobre todo “por ellos”.
Entre las personas con las que hablamos durante esos días destacan Myriam y Pau de Nosaltres 4 Viatgem. Llevábamos meses leyéndoles y reconocemos sin vergüenza que una parte importante de nuestros planes de viaje se basan en el que ellos hicieron. Para nosotros es una gran suerte poder contar con toda la información que han recopilado en su blog y con su contacto cuando hemos tenido dudas.
Poco después tomé la decisión de dejar el trabajo. Sentí que había llegado el momento. Sentí que quería hacer otras cosas con mi vida. Sentí esa necesidad sonrojante de que tu vida profesional tenga significado para la gente con la que vives, que aquello a lo que dedicas gran parte de tu tiempo suponga una diferencia. Es dificil de explicar si no te has encontrado en una situación parecida, algunas veces los resumo en falso como “la crisis de los 40″. Sea como fuere la decisión suposo romper la única atadura que me impedía levar el ancla.
El penúltimo paso fue comunicarlo a la familia. Tanto mi hermana como los hermanos de Sílvia estaban más o menos al caso de cuales eran nuestras intenciones, aunque quizá como nosotros dudasen de que fuéramos realmente a hacerlo. A mi madre en cambio la noticia le ha caído como un jarro de agua fría. Es perfectamente comprensible y por mucho que intentemos convencerla de lo extraordinaria que será la experiencia para Jana, Bruna y para nosotros dos, no estamos sabiendo evitarle la tristeza y la angustia que le genera no tenernos cerca durante cinco largos meses.
Después llegó septiembre y el inicio de las clases. Para Sílvia implicó enfrentar su futuro profesional cercano. Pero la respuesta de la escuela no pudo ser más satisfactoria. Recuperá la excedencia por cuidado de hijo menor de tres años.
Finalmente la decisión está tomada, los billetes comprados y las vacunas puestas. Aún nos quedan muchos preparativos. Nuestra intención no es estar de paso por los lugares que visitemos, nos gustaría acercarnos aunque solo fuera un poco a la gente, conocer a otras familias con las que intercambiar experiencias, colaborar con proyectos educativos y sociales, hacer amigos y, por supuesto, gozar de la naturaleza. El ritmo lo marcaremos los cuatro, cada uno con sus pasos, sus pausas, sus necesidades.
De momento, para abrir boca, os dejamos un mapa de las etapas del viaje planeadas por ahora…

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