¡Mama, papa… una nalca, una nalca!
¡Como las que comía Darwin!
Efectivamente, Jana conoce la historia. El cuento Darwin, un viaje al fin del mundo le sirve de guía en las diferentes etapas del trayecto y acompaña muchas de las conversaciones a pie de cama. Igual que hicieron Darwin y FitzRoy a bordo del Beagle, también nosotros llegamos en barco a Chiloé después de haber disfrutado del espectáculo de las ballenas y los glaciares.
Nuestro primer destino fue el Parque Nacional Chiloé. Fuimos en busca de la ranita y el zorro de Darwin, y volvimos tras contemplar multitud de especies vegetales autóctonas, algunas aves, pasear entre las dunas y remojarnos los pies en el frío Oceano Pacífico .
También nos dimos el gustazo de pagar por un paseo por el canal de Queilen y ver lobos marinos, cormoranes, gaviotines, patos vapor, pingüinos magallánicos, pelícanos,… pero sobre todo delfines australes, que aunque se hicieron esperar, nos deleitaron con sus juegos y cabriolas alrededor de la embarcación.
Y por fin pudimos ver la Cruz del Sur. Casi un mes y medio después de llegar al hemisferio sur el tiempo y el menor cansancio no dejaron maravillarnos con un cielo plagado de estrella muchas de ellas desconocidas. Por casualidad Luis tenía un pequeño telescopio con el que tiene intención de dar un atractivo añadido a las actividades de la casa pero no tenía idea de como utilizarlo. Es el mismo telescopio que le regalamos a Jana hace dos años y acabamos montando un par de veladas para todos los vecinos.
Dos semanas en Chiloé nos han permitido percibir que la vida transcurre distinta allí. Tanto la naturaleza como sus gentes -los chilotas- mantienen una palpable indentidad propia. Durante siglos el archipiélago de Chiloé fue una región aislada del resto del continente sudamericano, en la que la dificultad de las comunicaciones, la pobreza de la vida material y el caracter propio de las étnias autóctonas, Huilliche (en mapudungún: “gente del sur”) y Chono, acentuaron la singularidad de su modo de vida y tradiciones. De hecho, fueron comunidades absolutamente hostiles con el invasor español; aunque siglos más tarde, también fueron los más reacios a salir del yugo español y entrar a formar parte de Chile (1826).
Esta hostilidad histórica para con el extranjero contrasta con una actitud extremadamente solidaria entre vecinos. La práctica de la minga (trabajos solidarios entre vecinos, llevados a cabo en ocasiones tales como una mudanza, la recolección de la cosecha, etc) y el kuranto (comida típica ofrecida a todos tras el esfuerzo) son ejemplos de prácticas vigentes en la actualidad.
El universo mítico chilota es el resultado también de innumerables cruces entre la tradición española y la tradición oral huilliche. Muestra de ello es la existencia de multitud de leyendas mitológicas, que contienen una curiosa mezcla de misticismo, moral (moralina?) y explicaciones bastante oníricas de actividades suficientemente habituales como para necesitar una leyenda que apacigüe ánimos y tensiones. El Trauco, por ejemplo, representa a un hombre enano y feo que vive recluído en el bosque, y que posee un atractivo mágico al que ninguna muchacha joven puede sucumbir. Él es el culpable de los embarazos no deseados. El Caleuche, un barco encantado que atrapa a todo aquel se atreve a mirarlo, era el destino de múltiples pescadores desaparecidos en la mar, pero también la escusa de no menos ausencias temporales causadas por las borracheras.
La verdad es que no llegamos a conocer a ningún verdadero chilota, pero sí harta cantidad de nuevos chilotas. La mayoría de ellos auto-expatriados que huyeron del masificado Santiago o el turístico Valparaíso y llegaron en busca de ocupación y de una vida más verde y sosegada.
Lucía nos explicaba que ella tuvo que reducir el ritmo frenético de la ciudad cuando entró a trabajar como profesora de educación especial y diferencial en una escuela rural en Lemuy, sobre todo para evitar las suspicacias de sus colegas. Ella y su marido Luís también dejaron atrás gran parte de las actividades que desempeñaban dentro de las filas del Partido Comunista. Fuertemente activos y comprometidos en la lucha contra la dictadura de Pinochet e íntimamente vinculados con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, llegaron a Chiloé pensando en asegurarse cierto bienestar futuro tras haver sido cesados de sus respectivos trabajos y excluidos del derecho a una pensión futura por ser hijos de desaparecidos. De esa necesidad surgió Rucachelín y la participación activa en prácticamente todas las organizaciones ciudadanas, campesinas y municipales de Chonchi y alrededores.
El desarrollo y modernización de la Isla Grande de Chiloé, ha ido avanzando a marcha lenta y no siempre en una dirección respetuosa con el entorno y sus gentes. En Castro, la capital de la isla, un mastodóntico “mall” amenaza la condición de patrimonio de la humanidad de su colorida iglesia. El polémico proyecto de puente en Chacao, que pretende unir permanentemente por tierra la Isla Grande con el continente, tiene una fuerte oposición por parte de aquellos que temen ver Chiloé convertido en un reducto turístico. Mientras, la mayor parte de la isla sobrevive sin abastecimiento garantizado de agua potable y con acceso a una muy pobre variedad de frutas y verduras. Aunque, eso sí, tienen infinitas especies diferentes de patatas endémicas.
Las industrías salmoneras, por su parte, monopolizan gran parte de las costas chilotas y tampoco están exentas de polémica. Ofrecen ocupación a una parte significativa de la población (no en vano, Chile se ha convertido en el segundo exportador mundial de salmón), pero lo hacen bajo unas condiciones laborales bastante precarias y un trato a menudo denigrante. Además con sus prácticas intensivas han contribuido al exterminio de la especie de salmón autóctona que crecía en libertad y alimentaba a población local. En un territorio tradicionalmente pesquero como éste ya no es posible comprar pescado ni marisco no procedente de una piscifactoría.
Aún así, a pesar de las nubes amenazantes, la vida en Chiloé transcurre placentera. A parte de Lucía y Luis pasamos buenos ratos con el hijo de Lucía, Rodrigo, un profesor rural con alma de pastelero, y su esposa Cecilia, que espera el segundo hijo. También con Andrés y Marcia, los vecinos de la casa de arriba, quienes a parte de dejar que Jana y Bruna disfrutaran siempre que quisieron con su cama elástica, nos enseñaron el taller de estampación con el que Marcia, que llegó de Santiago hace 3 años, se gana la vida con sus diseños inspirados en Chiloé. Se llaman Collonca, en honor a una gallina chilota sin cola, y nos regalaron el par de poleras que las niñas estamparon.
Tampoco nos costó adaptarnos a la belleza del paisage que rodea nuestra estancia, a la leche de vaca recién ordeñada, el queso artesano, la mermelada casera, las lechugas del huerto… e incluso nos animamos a preparar nuestro propio pan y las galletas para la merienda.
No fue premeditado pero sí. El día antes de marcharnos de Rucachelín celebramos mi cumpleaños. Sangría, jugos, tortilla de papas, salsa de ajos,… y una muy agradable compañía para una fiesta en el porche que se alargó hasta bien entrada la noche, nuestra última noche en Chiloé.
La despedida del dia siguiente fue afable y tranquila. Nada que pudiera hacernos sentir que quizás nunca más volveríamos a vernos. Nada que hiciera presagiar el chorro de lágrimas que brotó sin previo aviso cuando pusimos el pie en nuestro nuevo destino. Nostalgia por una tierra y una gente que empezamos a echar de menos justo un momento antes de dejar de verlos.

"Chiloé, tras los pasos de Darwin" por Sin piedras en los bolsillos (familia Bosch-Pérez) se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Un aniversari que segur que no oblidaràs, Silvieta! I és clar que esteu aconseguint un dels objectius del viatge: conviure amb gent d’altres llocs. Però ja m’imagino que fer vincles molt estrets dificulta marxar d’aquests llocs, no? A veure què ens expliqueu de la propera parada!
Ja tinc ganes de veure aquestes samarretes tan xules en directe.
petonets
QuiNa entrada més bonica….m’emociona molt aquest viatge vostre, el físic, històric, humà, natural, emocional….Seguiu disfrutant i seguiré llegint-vos. Abraçades grans i de colors
mol intens i emocionan com tots
Gràcies guapo! Ens veiem al Machu Picchu.

M’encanta, jo també vaig estar a Chiloé i tot i que molt gris recordo un lloc i una gent misteriosa i màgica. No sabia que aquelles fulles gegants que no havia vist mai es deien Nalques!
On aneu ara?
Hola Patrícia! Ara som a Puerto varas, contemplant el volcà Osorno que també va descriure Darwin. Però aquesta nit viatgem més al nord. Viňa Alemana y villa del Mar. Petonàs!!
Osti !!!! quina pasada d’entrada…..
petons a tots …..
Josema, moltes gràcies! Quina il·lu que ens segueixis i ens diguis coses!