Desde que llegamos a las Galápagos hemos pasado casi tanto tiempo en el agua como en tierra, si descontamos las noches y las largas siestas. Eso unido a las ganas de Jana de convertirse en un lobo marino me hacen pensar que Kurt Vonnegut no andaba tan desencaminado en su obra “Galápagos”, en la que una devastadora epidemia deja estériles a todos los humanos del planeta. A todos menos a un grupo de turistas involuntarios en las Galápagos, que se convertirán en la semilla de una nueva especie que en el trascurso de millones de años evoluciona hacia algo parecido a un lobo marino, abandonando el stress del trabajo y la polución de las ciudades y dejándose llevar por las corrientes marinas o tumbándose a dormir sobre una negra roca volcánica con el sonido de las olas rompiendo a pocos metros.
"Todos lobos" por Sin piedras en los bolsillos (familia Bosch-Pérez) se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.