A 5 minutos andando de nuestro hostal arranca una escalera de piedra junto a una profunda grieta en el terreno. Uno de los lados se ha elevado unos 20 metros por encima del otro dejando una herida en la roca volcánica que la vegetación no ha conseguido ocultar. En lo alto de la escalera está la caseta del guarda donde hay que registrarse para ir a Tortuga Bay. Desde allí hay 2500 metros hasta la playa “brava”, solo para surfistas, y quizá 1000 metros más hasta la playa “mansa”. Son las ocho de la mañana, el camino empedrado está abierto de 6 de la mañana y nos cruzamos madrugadores que ya vuelven con sus tablas de surf bajo el brazo. El trayecto atraviesa un bosque de opuntias, manzanillo y matorrales y puede ser duro bajo el sol pero la recompensa lo vale.
El camino a Tortuga Bay
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