Conforme se aproxima el fin de febrero Cusco se convierte en un lugar peligroso. Gentes con las más viles intenciones esperan agazapadas tras las esquinas o en los portales, disfrazados de conserjes, tímidos adolescentes o pasajeros de cualquiera de los centenares de buses que en cada momento patrullan la ciudad. La boca del lobo se encuentra en la Plaza San Francisco. Quien se acerque por allí en esas fechas corre el riesgo de entrar en un fuego cruzado entre bandas. Tanto les da que seas cusqueño o estranjero, hombre o mujer, joven o viejo.
El carnaval en Cusco se lucha con sprays de espuma. Se abre la veda y cualquiera puede atacar o ser atacado. Y si no hay un spray a mano – múltiples comerciantes ambulantes los venden a 2 soles – bueno es un balde de agua. El objetivo del atacante es sorprender. De pronto un brazo asoma de la ventana de un bus y dispara sin piedad cubriendo el rostro de la víctima de espuma blancuzca con un suave aroma dulzón. La venganza de la víctima puede ser un disparo escondido, pero si no siempre le queda soportar estoicamente la herida, continuar cominando como si nada hubiera pasado, indifierente a la espuma que le nubla la vista.
Nosotros mismos, cual reporteros de guerra, hemos sufrido un bombardeo de globos de agua del que solo las leyes del tiro parabólico permitieron que saliéramos indemnes. Finalmente decidimos armarnos también. Un par de sprays de espuma para contraatacar, porque aquí no hay más guerra fría que la del agua congelada empapando la ropa. Se trata de atacar y ser atacado. Sin tregua.
Las prácticas de tiro agotaron rápidamente uno de los sprays sobre Jana. Pero aún nos quedó otro para la traca final. Tres catalanes contra un cusqueño. No es abuso puesto que la experiencia debiera ser un grado militar. Villa Mágica se convirtió en un campo de batalla. Una guerra donde el spray rápidamente dejó paso a munición más contundente: mangueras, botellas y cubos de agua. Dos horas después todos empapados. Las bajas de tan cruenta confrontación fueron un balde de agua, un seto del jardín y unos de los siete enanitos de blancanieves. Descanse en paz.

Xose, Sílvia, Yuri y Uri… empapados! Jana y Bruna hacía rato que de habían refugiado en la habitación de los voluntarios

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NUESTROS CARNAVALES EN VILLA MÁGICA . ¡TRES CATALANES CONTRA UN CUSQUEÑO ¡. Lo que el trio de mosqueteros no sabian es que la fuerza de los apus y la pachamama protegian al qosqoruna Yuri y esto permitió que saliera victorioso .