Cuando uno emprende un viaje como éste las expectativas son múltiples. Deseas que sucedan cosas de gran valor a nivel personal. También temes que pasen algunas otras. Pero lo cierto es que lo único real es una incertidumbre -para nada angustiante- que sólo se irá desvaneciendo a medida que vayan sucediendo las vivencias.
Los diez días en Punta Arenas han sido intensos y tranquilos. Una combinación ideal.
Llegamos con muchas ganas de contacto con la naturaleza. Sabemos que Chile, debido a la larga extensión de su territorio (unos 6500 Km), tiene una gran diversidad de ecosistemas, fauna y flora. Dejarnos asombrar por su belleza paisajística es una de las principales motivaciones del viaje hasta aquí.
Hemos andado por la Reserva Nacional Magallanes, la Reserva Nacional Laguna Parrillar y el Monumento Natural Los Pingüinos.
Nos hemos acercado a una parte de la historia más antigua del país a través de museos y monumentos: Museo Regional Salesiano, Museo Nao Victoria, Fuerte Bulnes,… Por primera vez hemos oído hablar de los habitantes nativos de estas tierras: los Selk’nam, los Aonikenk, los Yagán y los Kawesqár. Más adelante tendremos ocasión de contaros nuestro encuentro con una mujer yagán, que nos recibió en su casa y nos inició en la técnica ancestral de tejer con hojas de junco.
Hemos conocido una parte del Chile actual a través de su gente. Gente del Sur. De la duodécima región: Magallanes y la Antártica Chilena. Amabilidad, cercanía, acogimiento. Siempre un beso y un abrazo. Ideal cuando uno anda tan lejos de los abrazos cotidianos.
Samuel, Marcela y las niñas nos han obsequiado con el trato cercano y familiar del día a día en su casa; con una típica parrillada chilena en un paraje natural de ensueño; y con una cena de nochebuena deliciosa y entrañable. Jana y Bruna la recordarán por ser la primera vez que reciben la visita y los regalos del “Viejito Pascuero“.
También nos hemos acercado a algunas iniciativas sociales y educativas. Fuimos invitados a un conversatorio sobre educación alternativa organizado por Víctor Aguilar, director de proyectos de la Agrupación La Vecindad. Entidad desde la que promueven iniciativas sociales varias (alfabetización emocional para niños; intervención musical y físico deportiva para jóvenes en rehabilitación de drogas; el Circo del sur; etc) y que lucha por conseguir subsisitir al margen de unas subvenciones públicas altamente escasas y muy solicitadas.
En este encuentro conocimos también el trabajo de la Escuela Libre y Feliz María Lefebre Lever. Les visitaremos in situ dentro de unas semanas en Villa Alemana y ya os contaremos.
La charla tuvo lugar en Imago, un espacio-café abierto a tértulias y exposiciones de arte, literatura e iniciativas sociales de interés. Un pequeño tesoro en Punta Arenas, regentado por un chileno que nos atendió en catalán y al que hemos vuelto para disfrutar de las vistas privilegiadas al Estrecho de Magallanes.
Nos vamos, Punta Arenas. Aunque lo hacemos con la sensación de que estos diez días aquí nos acompañarán durante mucho tiempo.
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Dudo que se puedan aprovechar mejor diez días de una vida!!!!
Un resum espectacular….esteu fantàntics. Una abraçada enorme i a continuar gaudint del viatge (m’estic posant al dia amb els posts)
Quines cares de felicitat! ara a seguir amb aquesta experiència! bon viatge ;D